Actualmente vive en Buenos Aires y a pesar de ser un hombre de unos 40 y tantos años, aun vive con su madre. Una señora de unos 70 años un tanto especial, ya que no quiere que su hijo comience una vida sin tenerla a ella a su lado. Esto le ocasionó muchos problemas de pareja al Negro, ya que siempre que quiso comenzar una relación, esta se vio interferida por su madre.
Aldo, se gana la vida trabajando en un taxi. Aunque no muchos lo crean, él disfruta de la vida de un taxista. Algunos creen que es porque se escapa de la realidad de vivir con su madre y se siente como un explorador en una selva, al salir por las calles de Buenos Aires. Él suele manejarse por el barrio de 11 y el centro.
Aldo, suele hacerse espacios donde visita a sus vecinos y disfruta de unos buenos fideos con tuco y/o pesto. Este recreo suele ser el motor que lo impulsa a terminar la jornada de trabajo sin fastidios.
Es un tipo maníaco, ya que domingo por medio, se interna en Carrefour en busca de clavos, clavitos y herramientas de trabajo. Tiene una repisa con más de 1.000 ejemplares de herramientas de trabajo importadas.
También, tiene un reptil. Su nombre es Juanchi y tiene 4 años. Es el alma gemela de nuestro hombre. Le dedica sus ratos libres y/o ocupados, ya que cuando llueve Juanchi es el acompañante del taxi.
Aldo tiene una visión errónea de mundo de hoy. Él cree que su vida finalizo hace años y lo único que hace es malgastar el tiempo y perderlo. Vive en constantes depresiones y solo encuentra retorno en el vino Uvita y en “Juanchi”.

Aldo en una practica de futbol 5.
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